“Ley anti marchas” de Quintana Roo, ¿extrema estupidez o ignorancia ilimitada?

Fabiola Cortés

CANCÚN, MX.- Esta tarde, el Congreso de Quintana Roo, de mayoría priista,  aprobó la Ley de Ordenamiento Social, propuesta por el diputado Juan Carrillo Soberanis y la cual tiene el único objetivo de restringir y reprimir las protestas y manifestaciones en el estado.

Con argumentos que rayan en la estupidez como que “aproximadamente 264 mil trabajadores de la industria turística en Quintana Roo, tendrán la garantía de llegar a sus centros de trabajo con vías de comunicación sin obstrucciones”, Carrillo Soberanis, dirigente del Frente Juvenil Revolucionario (FJR), defendió su propuesta de ley.

La Ley de Ordenamiento Social está llena de ambigüedades, por ejemplo, en una parte cita que la autoridad podrá intervenir si “se altera el funcionamiento de las instituciones que prestan algún servicio, la paz, la tranquilidad, de la o las comunidades, o se impide el normal desarrollo de las actividades de los demás habitantes o sus derechos humanos, o profieren injurias, o sea hace uso de violencia o de amenazas para intimidar u obligar a que alguna autoridad resuelva en el sentido que se deseen los manifestantes”.

Pero ¿quién determinará cuándo se está impidiendo “el normal desarrollo de las actividades de los demás habitantes o sus derechos humanos”, quién calificará una expresión de injuriosa, cómo se valorará una amenaza?.

La Ley aprobada por los diputados del PRI y del PVEM señala que “en el caso de manifestaciones, marchas o plantones, los participantes deberán abstenerse de realizarlas en espacios públicos con valor histórico, cultural, turístico, arquitectónico o de importancia para el desarrollo del estado, o sus accesos, con la finalidad de salvaguardar las actividades económicas, la generación de empleos y la estabilidad política, económica y social de Quintana Roo”.

Nuevamente, lo que sobran son las imprecisiones, los asegunes, los juicios de valor, pues quién podrá decir cuáles son los espacios públicos de “valor cultural” o peor, de “valor arquitectónico”, o “de importancia para el desarrollo del estado”…

La Ley de Ordenamiento Social contempla una serie de prohibiciones, restricciones, impedimentos y limitantes al derecho constitucional de manifestación, asociación y libre tránsito. No hay manera de defenderla, y tan es así, que su promotor, hoy subió a tribuna a decir una serie de tonterías, como que  esta ley "garantiza el ejercicio de la libertad de expresión como un derecho plasmado en la Constitución, y todos los ciudadanos tienen derecho a un Quintana Roo en paz y en armonía",

Carrillo Sobernis “defendió” la prohibición de manifestarse en los lugares turísticos diciendo que “aproximadamente 264 mil trabajadores de la industria turística en Quintana Roo, tendrán la garantía de llegar a sus centros de trabajo con vías de comunicación sin obstrucciones (…); alrededor del 50 por ciento de los quintanarroenses utilizan el transporte público para trasladarse a la escuela, a sus centros de trabajo, al médico, con esta nueva ley de Ordenamiento Social se privilegia el libre tránsito para que lleguen siempre a tiempo".

Así de ese tamaño es la tontería, pretender hacer creer que con una ley se logrará que los trabajadores “lleguen siempre a tiempo”.

La iniciativa de ley fue presentada el jueves pasado, el mismo día que el Congreso aprobó la designación del “destacado” burócrata y oficialista Harley Sosa Guillén como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo.

¿Curiosa casualidad?. Los diputados, representantes del pueblo, hoy votaron una ley regresiva, represiva y sin sentido, y el jueves pasado eligieron a un títere como Ombudsman.

Pero la Ley Carrillo no puede tener larga vida porque es una ley inconstitucional, desfasada, anacrónica, y sobre todo, estúpida. Si el dirigente de FJR “redactó” la ley para complacer al virrey Roberto Borge Angulo, ya le quedó mal, porque le generará sólo problemas y ningún aplauso; y si la “hechura” fue del propio Gobernador no cabe duda que ya enloqueció… por completo.